Mi ideario

Cada persona tiene una visión propia de su realidad, algunas de las ideas que yo tengo de ella son éstas:
El destino es algo ajeno a mí, no creo en él y pienso que el libre albedrío es la fuerza motora de los actos, claro que existe la casualidad, pero ésta también puede aprovecharse o desperdiciarse.
La gente que se deja caer y tiene la fuerza pero no la voluntad de levantarse, no me merece el menor respeto.
En cierto modo, tengo una mentalidad mafiosa, es decir (no vayan a pensar que soy contrabandista) que tengo poca gente en quién confiar, no suelo hablar con otros de mis asuntos privados, por los míos hago lo que sea, cualquier cosa, soy enemigo de buscar o generar chismes en especial si se trata de mí o los míos, la gente que lastima a los míos no tiene cabida en mi entorno y cuando hablo me cuido la espalda por todo aquello que diga.
Me disgustan los místicos, ya que no viven en la realidad, ni los creyentes en utopías ya que la niegan, y ninguna de las 2 actitudes sirve para modificar una realidad aunque sea desagradable, el aceptar la realidad tal cual es, es el primer paso para cambiarla a algo más agradable; cuando toca la desgracia que los utopistas ganan (como pasó en Cuba) destruyen no sólo lo malo, sino también lo bueno, suelen ser intolerantes, hegemonistas y mezquinos, por eso no me agradan.
Las utopías se mueren cuando se estrellan con la realidad.
Los ahora llamados farmacodependientes no son más que unos pinches drogadictos que deben ser tratados como delincuentes, si la venta de droga se castiga, también la compra de la misma.
La drogadicción no es una enfermedad, es un vicio de carácter.
El muro que se planea poner en la frontera es una vergüenza... para nosotros, que no supimos (¿o no nos interesó?) generar empleos suficientes y bien pagados a nuestros compatriotas y buscan en otro país lo que el suyo les ha negado.
La libertad en realidad no existe como la manejan los medios, en realidad es sólo los márgenes de acción que la sociedad nos da, lo que toca hacer es aprovechar y ampliar esos márgenes y no pasarnos de lanza queriendo coartar la libertad del otro en aras de la nuestra.
Los asuntos privados si no afectan a terceros no deben ser intervenidos por el Estado como sucede en algunos países.
La pobreza y la corrupción siempre van de la mano.
No confundamos la ignorancia con la estupidez, la primera no es voluntaria, la segunda sí.
deberíamos desechar los eufemismos, no tapan la realidad y sólo hacemos el ridículo (un "país en vías de desarrollo" en realidad es sólo "un país pobre").
Verán que soy medio fascista (nooo, verdad?...) pero creo que es sólo la realidad como yo la veo.