Hipertensión arterial.

Es una de las enfermedades más comunes y costosas que hay, con secuelas en algunos casos devastadoras, y una de las más complicadas de tratar en etapas avanzadas.
Pero, ¿qué es en realidad la hipertensión arterial?
Es un aumento de la presión sanguínea; la presión, de acuerdo con lo que han de recordar de las clases de física, es la fuerza que se ejerce sobre un área. siendo la fuerza dada por el corazón, y el área las arterias y venas del cuerpo, el área se afecta con el endurecimiento de las arterias (la mentada arterioesclerosis o aterosclerosis, ambos términos son correctos, pero a mí me gusta más el primero) y la fuerza con la contracción del corazón que puede aumentar al tener resistencia por arterias duras o por una sustanca estimulante como la cafeína, los esteroides o la cocaína.
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg), y los rangos normales van de 90/60 hasta 140/90 (en diabéticos es de 130/80 máximo), la clasificación de gravedad depende de qué tan alto esté, leve si el máximo es 160/100, moderada si es 180/110, y mayores se considera grave, si es grave y con daño a órgano blanco (infarto, ceguera súbita, embolia) se trata de una emergencia médica que pudiera ameritar internamiento y hasta terapia intensiva, aquí el caso es que no siempre habrá síntomas y así muchos hipertensos al no considerarse enfermos (pues no tienen síntomas) no buscan tratamiento, o sabiéndose enfermos, al sentirse bien no toman su tratamiento adecuadamente (es clásico que digan "sólo lo tomo si me siento mal"), de ahí la gran cantidad de complicaciones y de urgencias hipertensivas.
Factores que influyen en la aparición de la hipertensió arterial: dieta rica en grasas y en sal (¿la dieta del mexicano?, naaa...), el uso de estimulantes del sistema nervioso (mi adicción a la cafeína me pone en riesgo), el estrés, la llamada personalidad tipo A (el acelerado, iracundo, presionado), el tabaquismo, ser de raza negra, padecimientos renales, la diabetes y la obesidad.
Los síntomas no siempre aparecen, pero los más comunes son el dolor opresivo en nuca o en el pecho (la angina de pecho), la falta de aire (disnea), ver lucecitas en los ojos (fósfenos), zumbido de oídos (acúfenos), visión borrosa, palpitaciones o taquicardia, irritabilidad, a veces gastritis o mareos, yo suelo buscar intencionadamente los dolores o las alteraciones de ojos y oídos además de la medición de la presión.
Las complicaciones más comunes son el infarto o la embolia (enfermedad vascular cerebral en lenguaje médico), la insuficiencia cardiaca o renal, la ceguera, y si se agrega que en ocasiones el pacinete también es diabético, las posibilidades de alguna de estas complicaciones aumenta considerablemente.
La prevención es sencilla, pero no por ello fácil: dieta, ejercicio y vida tranquila, además de chequeos anuales de presión arterial y de función renal), y ya con la enfermedad, el apego estricto al tratamiento, que yo de entrada uso los medicamentos pertinentes: si es joven, propanolol o metoprolol, si es diabético inicio captopril y si era diabético de antes de la presión, mejor usar losartán o telmisartán, verapamil, amlodipino o nifedipino... bueno, éso depende de la gravedad y del criterio de cada médico, además de tratar las complicaciones con los medicamentos específicos para cada una.
Y noticia para quienes tengan padres o hermanos con hipertensión o diabetes: ya sea por genética o costumbres compartidas, hay mayor propensión a padecer alguna de estas enfermedades, mi papá es diabético e hipertenso y lo tengo cortito con el tratamiento, y mi hermano por un problema renal también le causó hipertensión e insuficiencia renal en espera de realizar trasplante, así que yo me checo la presión constantemente y reduje mi consumo de grasas y de sal, estoy cambiando el café por té (el chino incluso protege el organismo), por si las dudas.