Inmunidad y sus bases (muy básicas)

La inmunidad es el mecanismo por el cual el cuerpo se protege contra las sustancias agresoras, en especial agentes infecciosos, pero también químicos, consistiendo en barreras físicas como los recubrimientos internos de los órganos (las mucosas), la piel, reflejos como el vómito y la tos, y en sustancias químicas secretadas por células inmunes, como la histamina, factores de necrosis tumoral, endotelinas y enzimas varias.
Las células inmunes son variadas, algunas son inespecíficas como los mastocitos, fagocitos, las células cebadas y linfocitos T, la inmunidad específica (es decir, hacia un agresor en especial) se halla mediada por los linfocitos B y las inmunoglobulinas, las cuales son proteínas con información del agresor (ya sea por infección previa o por vacunas) que hacen que el cuerpo reaccione al notar aumento en estas proteínas.
hay 5 clases de inmunoglobulinas, la tipo A se halla en secreciones como lágrimas, secreciones bronquiales y leche materna, la tipo D es un marcador débil de poca relevancia práctica, la tipo E se encarga de procesos parasitarios y aumenta en alergias, de lo cual escribiré más tarde, la tipo M es inespecífica, y la tipo G que es la más importante en proteger al organismo en casos de infecciones virales y bacterianas, cruza la placenta y es protección real para el feto y el niño en sus primeros meses de vida.
Los linfociots se producen en los ganglios linfáticos (esas bolitas que se sienten a los lados del cuello y tras las orejas, y que se hallan en todo el cuerpo excepto el cerebro, y se inflaman en infecciones), los tipo T son mediadoras de otras células y atacan directamente a los microorganismos invasores, los tipo B secretan las inmunoglobulinas ya descritas.
Las enfermedades por problemas de estas células y mecanismos son de 3 tipos:
1. Inmunodeficiencia: La cantidad o calidad de las células inmunes es baja, el ejemplo más conocido es el SIDA, aunque hay otras enfermedades congénitas (o sea, de nacimiento, defectos de fabricación) o relacionados a cáncer o a su tratamiento.
2. Autoinmunidad: Las células inmunes reaccionan contra el propio cuerpo (¿qué se siente que las células en que confías te traicionen?), agrediendo órganos específicos, como en artitis degenerativa, sarcoidosis, síndrome de Sjögren, lupus eritematoso sistémico, la diabetes mellitus tipo 1, algunos tipos de anemia, glomerulonefritis (afectación de riñón), tiroiditis de Hashimoto y esclerodermia (endurecimiento de la piel con afectación de pulmones).
3. Alergias: Las células inmunes y las sustancias secretadas por ellas tienen una función exagerada a un estímulo y sus reacciones agreden al órgano que supuestamente iba a proteger (como una rabieta del sistema inmune), siendo sus manifestaciones más comunes la rinitis alérgica, la conjuntivitis alérgica, la dermatitis y el asma, y las consecuencias más temidas el choque anafiláctico y el status asmático.
De la alergia lo más importante es la exageración en produción de inmunoglobulina E y los complejos antígeno-anticuerpo (el antígeno es la sustancia agresora y el anticuerpo es la sustancia que el linfocito libera en respuesta). Los mediadores celulares provocan inflamación local (asma) o generalizada (anafilaxia), los antígenos en estos casos suelen ser ambientales (polen), venenos de animales (en especial insectos) y alimentos (como nueces, cacahuates, carne de cerdo, lácteos, fresas), medicamentos (en especial penicilinas, aspirina, bactrim, dipirona). Si una reacción así es generalizada, la presión arterial puede bajar, los pulmones pueden "cerrarse" (contracción severa de los bronquios y bronquiolos que no permita el flujo de aire), y edema de la garganta (aumento de volumen por escape de líquidos de los vasos sanguíneos a los tejidos, en este caso la garganta, y también en la piel).
Las reacciones antígeno-anticuerpo activan inflamación, casos como la enfermedad del suero (fiebre, artitis y dermatitis asociadas) o la glomerulonefritis.
Las alergias suelen estudiarse con pruebas específicas para cada sustancia sospechosa, a veces se sospecha con el mero interrogatorio, y el tratamiento es a base de antihistamínicos (algunos de venta libre como el benadryil, loratadina, clorfenamina), dilatadores bronquiales (ventolín, combivent o spiriva, de venta con receta o libre si eres compa del farmaceútico), glucocorticoides (estrictamente recetado por médico experimentado por los efectos secundarios potenciales, pero en urgencias cómo te sacan de broncas), adrenalina en casos de reacciones generalizadas, y si el caso lo amerita, la inmunoterapia para desensibilizar al paciente en caso de no poder evitar el alergeno, como aquí en Mexicali que el polen, polvos y humos no se pueden evitar tan fácil, es una buena opción pero los resultados son variables.
Tengan en cuenta que es el resumen de todo un semestre, así que sean tolerantes conmigo por si la explicación es algo confusa, esta entrada es como una introducción al asma, de lo que escribiré en otra ocasión.