Recordando un amigo.

El lunes pasado se cumplen 5 años del fallecimiento de un buen amigo mío, Rodolfo Quintero, quien se mató en un accidente de carro en México, D. F.
Lo conocí exactamente hace 8 años al llegar desde Puebla para hacer su internado en un hospital público de Mexicali, al inicio era una persona algo distante ya que su personalidad chocaba con la de la mayoría de los demás internos, que éramos locales, pero en una plática entre internos una compañera le preguntó si conocía insultos en alemán (su madre era alemana y buena parte de su personalidad también), cuando dijo una ("verflucht hundesohn") y la Melina le preguntó lo que significaba, yo me adelanté a responder ("maldito hijo de perra"), Rodolfo se sorprendió de que alguien supiera ago de alemán y poco a poco se fue abriendo a los demás, llegando a ser buen compa de la mayoría de nosotros, además de ser muy hábil en las labores médicas, en especial en las cirugías, que acostumbrábamos entrar juntos a asistir a los cirujanos.
Por no poder estar con su gente en Navidad, lo invité a mi casa a festejarla, el fin de año la pasamos encerrados en el hospital por guardia, cada que habí oporunidad nos poníamos a discutir, y había mucho, mientras él era luterano, perredista y antisemita, y yo católico, panista y projudío, era imposible ponernos de acuerdo en algo, excepto a la hora de trabajar, que estábamos bien acoplados ya que compartíamos servicios de trabajo y al ver el futbol internacional (ambos le íbamos a Alemania).
Al fin del año de internado él volvió a Puebla, nos comunicábamos por e-mail y en navidades nos hablábamos, la última vez que lo ví estábamos arreglando documentos para entrar a la especialidad, yo a pediatría y él a patología, platicamos un ratito ya que cada uno andaba con distinto grupo (algunos que iban conmigo lo conocían y lo cotorreaban), un día de junio de 2002, que checaba el correo, ya que no había escrito en 1 mes, leí un correo mandado por su novia, avisándome de su muerte en un accidente, y me puse triste porque le había llegado a estimar bastante.
5 años pasaron y aún recuerdo las discusiones, las tonteras que platicábamos y los planes de cada uno, ya no me da tristeza porque tuve el placer de conocer al alemán.