La Mafia, Segunda parte.

La otra parte de la Mafia es la basada en Estados Unidos, su historia es aún más sangrienta que su madre italiana, y más conocida tanto por la historia como por la ficción (El Padrino, Goodfellas, los Sopranos, Tony el Gordo de los Simpsons, etc...).
A mediados del siglo XIX la pobreza en la isla de Sicilia arrojó más de un millón de sicilianos a Estado Unidos, cuyas promesas de prosperidad atrajeron a muchos, entre ellos a los mafiosos, quienes se apropiaron de las redes sociales que los sicilianos habían creado, como la Unione Siciliano, en las ciudades en que ellos se establecían como Nueva York, Pittsburgh, Nueva Orleans, Chicago y Kansas City.
En 1891 hubo en Nueva Orleans un linchamiento de 11 mafiosos tras el asesinato de un jefe policiaco y la apropiación del dinero de la compensación por esas muertes financiaría las operaciones a gran escala de la extorsión, después el contrabando de drogas, prostitución y apuestas serían los nuevos ejes de la vida mafiosa hasta 1919, en que la Ley Vostead, llamada también Ley Seca, que prohibía la venta y fabricación de alcohol, se hizo el gran negocio en que la Mafia se organizó como un imperio criminal, principalmente en Chicago con Johnny Torrio, quien se deshizo de su patrón Jim Colosimo, quien se negaba a entrarle por sentirse satisfecho con sus negocios de apuestas y prostitución, y quien daría como su ahijado a Alphonse capone, quien creó el imperio más grande en el crimen organizado; y en Nueva York la guerra era entre los clanes de Salvatore Maranzano y Giusseppe Masseria, 2 jefes de ideas anacrónicas, en especial Masseria, quienes concebían a la Mafia como una sociedad cerrada, en contraposición de los jefes en ese tiempo menores de ambos clanes, como Charles "Lucky" Luciano, Frank Costello, Vito Genovese, Joe Adonis, Joseph Bonnano, Carlo Gambino, Albert Anastasia y sus aliados judíos Arnold Rothstein, Meyer Lansky y Benjamin "Bugsy" Siegel, que contaban incluso con la amistad del dúo Capone-Torrio para hacer valer su mando, lo cual desembocó en 1931 en la guerra Castellamarese en que los 2 jefes fueron asesinados, los sobrevivientes se reunieron para dirimir sus diferencias en la casa del jefe Joseph Profaci, resultando la Comisión como un órgano directivo nacional, y de un grupo de ejecutores dirigidos por Siegel y Anastasia, llamado por la prensa como "Murder, Inc.", responsable de casi 500 muertes en 10 años, y cuys integrantes casi sin excepción terminaron en la silla eléctrica o asesinados por sus patrones.
A cambio de inmunidad, durante la segunda guerra mundial, la Mafia prestó sus hombres para labores de contraespionaje, diplomacia y combate contra los alemanes, con lo que el jefe Luciano, quien purgaba una pena de 30 años por padrotear (su máximo negocio era la prostitución) fue liberado y deportado a Italia, regresando a Cuba para ordenar la muerte de Siegel, quien robó 2 millones de dólares de la construción del primer casino de Las Vegas, el Flamingo, tras lo cual el mando lo detentó el diplomático Costello, quien casi fue asesinado en 1957, purgando pena de cárcel por negarse a identificar a su asesino frustrado, tras lo cual quien tal vez sea el jefe más brillante asumió el mando: Carlo Gambino.
Los años sesenta fueron de prosperidad tras la desastrosa conferencia de Appalachin, una reunión cumbre en la cual por mala suerte, se descubrió la Comisión, pero las muertes de Profaci (1962), Tommy Luchesse (1967), el secuestro de Bonnano y su posterior dimisión del mando de su familia (1968), desetabilizaron a las familias, en los setenta la competencia con bandas judías, japonesas, chinas, rusas y los cárteles mexicanos y colombianos hicieron alejarse a la Cosa Nostra de las drogas, excepto a los Bonnano, quienes trajeron sicilianos para el trabajo sucio e hicieron conexiones en Medio Oriente, Colombia y México para el contrabando de drogas, lo cual atrajo la atención del FBI y de la DEA, el asesinato del nuevo jefe de la familia Bonnano, Carmine Galante, a raíz del caso Donnie Brasco (un policía infiltrado en la Mafia).
Los Gambino sufrieron su purga tras la muerte de Gambino por un infarto, su sucesor y cuñado Paul Castellano, quien nunca fue brillante, por su ambición y mezquinidad con sus soldados, fue asesinado con el visto bueno de la comisión en 1985 y reemplazado por John Gotti, un tipo que llamaba tanto la atención que en 1993 fue detenido y sentenciado a prisión de por vida, muriendo en 2002.
En Nueva York el poder se reparte por 5 familias, los Gambino, Luchesse, Genovese, Bonnano y Colombo, bautizadas así por los jefes que mandaban en los sesenta, cuando la omertá se rompió por parte de un soldado de los Colombo, Joseph Valacci.
En Chicago el fenómeno mafioso es más abierto porque los jefes siempre fueron napolitanos, Torrio, Capone, Paul Ricca, Frank Nitti y Tony Accardo eran napolitanos, los sicilianos nunca se impusieron en Chicago, y la mezcla racial se dio dentro de la banda, se admitía a cualquiera con fuerza e inteligencia y su falta de rituales como los sicilianos les hizo más accesible el ingreso a otros que no fueran italianos, como lo dice en el corrido "La banda del carro rojo".
Otras ciudades de influencia mafiosa son Los Angeles, Miami, Baltimore, Milwakee, Kansas City, Saint Louis, Cleveland, etc... en las ciudades con mayor mezcla racial se han dado alianzas con grupos varios como los yakuza japoneses o la Kosher Nostra judía, la "M" mexicana, el "Obranka" ruso y demás grupos.
Tras los años noventa, la Mafia ha decaído por el derrumbe de la omertá y el desplazamiento por otros grupos criminales, terminado como pandillas callejeras de lo que fueron grandes imperios, compartiendo la calle con las maras y pandillas de motociclistas, pero aún hay muestras de poder mafioso, aisladas pero presentes, como el robo de acero de las Torres Gemelas tras su derrumbe por parte de los Gambino y Lucchese, quienes dominan aún el negocio de la construcción y el transporte.
Tal vez estamos ante la última generación de mafiosos verdaderos y las próximas sólo sean grupos menores.